Monday, December 15, 2008

Mo - C1

Me rasqué la cabeza.

Otra vez, pero con más vigor.

Un pulso pestilente auyentó mis ganas de seguir mirando por la ventana, y volví a colocar la tabla que la cerraba.

Este era el barrio bajo de la ciudad llamada Jiff. Jil-Ka, un joven nueroinformático; un NI, cómo se llamaban entre sí, era un residente más. Las estructuras desgastados y sucios de hierro rojo sembraban la tierra, con personas aún mas desgastados y sucios vivendo dentro. Cables recorrían por los techados.

Jil-Ka trabaja en trabajos de mantenimiento de los sistemas de la defensa informática de la corporación IR. La corporación IR era una de las más importantes de este continente, obsequiando a vertiginosos precios nuevas tecnologías y comodidades. La defensa de datos empresarios era fundamental, pero los sistemas nueroinformáticos ejercían demasiada presión sobre humanos y ordenadores por igual, cuando ejercitos de hackers intentan entrar. Tal presión causaría malformaciones físicas y daños psicológicos que las personas en traje ofrecen a los talentosos cómo Jil-Ka, que con tanta desesperación aceptan a cambio de nutrición.

Se rascó la cabeza una vez más.

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Una calva le estaba creciendo a Jil-Ka en el lado derecho de su cabeza. Cerró los ojos y respiró hondo. Miró al suelo y allí encontró unos pocos pelos suyos.

Otro día en casa sólo. Así ha estado por los últimos diez años, y así será seguramente por los diez que le quedan. Le preocupaba morir a los cincuenta, edad bastante joven. Todos sus familiares ya murieron por la misma razón.

Se sentó en una oficina hecha de materiales industriales y repasó de nuevo los protocolos de protección. Últimamente había varios hackers novatos que tentaban su suerte, usando programas descargadas en internets clandestinas. Existian varios internets disponibles, creados por atriculación comercial. Intentos por unificarlos han surgido efecto, pero las aflicciones en el cerebro al cambiar de un internet a otro por las diferentes conexiones que hay son graves si son repetidas. La mayoría de los usuarios de mueven por el internet A1, patrocinado por el Estado General con el apoyo de IR. Pero los internets clandestinas son trienta veces mas grandes en extensión, intentando crear uniones desesperadamente en donde sea disponible, por viruses inhertes. Los internets son nombrados en números y letras dependiendo de la naturaleza (tipo de códificación, etc) de la misma, comparable a una frecuencia de ondas.

Jil-ka en su década de oficio había sufrido daños en su cerebro, desde pérdida de recuerdos a total embriagadez. En este momento estaba de vuelta en su casa tras una jornada de trabajo. El leve dolor de cabeza lo combatió con una aspirina. El hambre lo contrarestó con una injección nutrífera en su estómago.

Se acercó a su ordenador.

Sunday, November 9, 2008

Annivesario de Naruto Aurum

Bueno, no he actualizado en... Mucho.

Mi foro de Nexus Wars está lista para admitir usuarios, pero sigue en construcción. Ojalá que sea tan popular cómo lo fué Naruto Aurum. Que nostalgico. Pues eso, que Naruto Aurum seguirá en los corazones de todos.

Thursday, July 10, 2008

Paranoia: Campo

La escalera parecia muy alta. Preparé los ganchos y hilo la hora anterior.

Pasó una hora y media y la escalera parecia demasiado corta, incluso contaba chistes. Pero cómo girasol, crece con el sol. La escalera crecia. Cada vez mas alta. Mis manos no eran tan fuertes como mi voluntad (certidumbre). La hora del entierro no mortal llegó pronto. Alivio


Pequeño texto en honor al trabajo en el campo. La alargaré en algún momento.

Saturday, June 28, 2008

Paranoia Matemática.

x/infinito=0

Aver, al hacer una media de un número x con uno y, el valor se acerca a y, y si es x con dos y, más, etc. Ahora:

(x+y)/2=
(x+2y)/3= (mas cerca de y)

(X+(infinito)y)/(infinito)= y Despejando...
X/infi + (infi)y/infi = y infi y infi se van...
X/infi + y = y y e y se simplifican...
X/infi=0

Acnedotas de roleo - NEXUS WARS

nota: Han sido sintetizadas para su mejor disfrute

Lección en el Tejado

Ujalu: Ujalu (Mymidón)
Chico: Raglaz (Semi-Demonio, Pariah)

"Qué es tu mantra?"

"Mi qué?" El chico habló sin moverse, un ojo cerrado y el otro firmemente puesto sobre la mirilla. Sus manos estaban perfectamente estables, acunando su rifle cómo un hijo único. Un dedo descansaba ligeramente en el gatillo.

El señor mayor intento a suertes una miradita rápida por encima del borde del techo al patio que estaba debajo. "Hrm. Aún está allí. Tú mantra! No tienes uno?"

El chico no dijo nada, lo que el hombre tomó cómo un no.

"Verás, cuando yo me apunté por primera vez... Hace ahora cincuenta años o más... Hicieron que encontrasemos nuestro propio mantra. Lo dirias a ti mismo antes de cada disparo hasta que te calmases. Repite, repite, expira. Tu cuerpo se mueve con tus pulmones. Expira a la vez que aprietas. Has escogido un blanco ya?"

"Sí. Camiseta azul, ojos graciosos. Lado derecho"

"Vale. Ajustate al viento. Expira. Di tu mantra"

"No tengo una mantra."

"Encuentra uno."

El chico sonreia, dedo apretando el gatillo. El rifle sentía cómo una extensión de sus brazos, sus ojos. "Encontré uno," dijo. "Que le fo**** a los ángeles"


Duelo en la Abadía
Ujalu: Ujalu (Mymidón)
Espadachina: Kylta (Mymidónesa)

En la luz del sol moribunda, ellos estaban presentes en la tranquila abadía, las olas suspirando en la distancia. Las espadas estaban polidas a la perfección, atrapando las ultimas chispas de luminiscencia, creando intrincados juegos de iluminación mientras los dos espadachines avanzaban y se retiraban, fintaban, estocaban, reposaban

Acero cantaba con su voz familiar, esperando para esa apertura, ese error fatal

Resposo, finta, ataque, reposo

Con una grácil pirouetta, ella giró, trajendo su hoja para un ataque bajo, la cual el de forma experta, eludió con un paso, apuntando a su hombro descubierta

"Touché!" Dijo ella.

"Otra?" Preguntó él.

"Pués bien, mientras el sol siga en pie," Ella respondió.

"Tendrá que ser uno rápido ,entonces, " el acordó.

"Nunca lo son."

Friday, June 27, 2008

Paranoias

Yo, sacerdote rezo a través de un laberinto de espejos a los eclipes de luna pequeña. Envio promesas eniebladas, sacrificios. Mis palabras viajan atraves de el túnel. A veces son respondidos. Sus palabras rascan mis piedras. Yo abrazo estas piedras y los guardo. pero temo que los espejos sean curvos. Que mi culto sea una razón sin razón y que lo que veo es lo deformado o lo que yo interpreto. No hay traductor, sólo mis interpretaciones. Pero yo sigo rezando a los eclipses de luna pequeña. Los últimos dias, esperando la noche, no he recibido respuesta. Rezo demasiado poco?. Sus palabras ya no se rascan en mis piedras. Espero pacientemente la iluminación definitiva y los rezos sin responder refutan que no lo recibiré.

Confundo a divinidades con nuevas doctrinas. Mi miedo y decae tras conocer la verdad. La verdad es aùn incompleta y creo que nunca la recibiré. Creo que cómo pescador, no he tirado suficiente, con el miedo a que sea bota. Quizás ya sea tarde de conocer que ha sido. Sólo me queda un anillo que sella un pergamino. Pesan en mis manos. Debo enplazarlo cómo fiel albañil. Pero los espejos confunden. Espejos que fluyen de mi sangre.

Mi alma pesa. Se pregunta y se consume a si misma. Guardo mi anzuelo y el anillo con el pergamino entre mis escudos. Mi conciencia me recuerda que quizás el túnel de espejo revelaba cartas con sellos donde tan sólo leía yo los apellidos. Mi doctrina carecia de sentido. Una espada se hunde en mi pecho. Más y más. Más allá de el mango. Se hunde más allá del mango. Me retuerzo y intento proteger mis reliquias, sabiendo que quizás sean de ecos que yo atrapé. La espada da un giro y se vuelve a clavar. Mi sangre crea más espejos. Yo intento romperlas. La espada sigue clavandose. En mi mente perpetua la imagen del eclipse de luna pequeña.

Me doy cuenta del creciente número de fieles a mi doctrina. Me complace en algún sentido. Sin embargo mis voces no son parte de ellos. Tambien me complece en algún sentido. Ambos sentidos dejan un margen a no complacerme y quizás allí se halla escondido el portador de la espada, junto a mi mano.

La espada es un ratón. Auyentado fácilmente por entes ajenas a la mía. Sin embargo, a veces me arrastro a quitarmela. Abandono mi caparazón mortal y lo invierto. Mis manos se cortan. Sangran. Pero nunca se mutilan. No puedo sacarla. Mi mitad confiesa que es medallón de mi religion. Cedo.

Hay unas cartas. Es de una divinida nueva. Pero yo me aferro a los rastros de mi religion. Intentaré rechazar a esta nueva deidad sin insultarlo. Intentar engañar a una divinidad. Vaya hazaña por delante. Mi mano aprieta con valentia el pergamino y el anillo que lo sella. La espada sigue clavada y ocasionalmente me retuerzo en su dolor.


Han pasado muchos años.
Mi antigua religión se mantiene, aún muy débil. Parece que las rocas ya no son tocadas. Las examino y analizo que ha pasado , cómo leer una crónica. Encuentro más mensajes debajo de ellas, donde no miro. Pero están muy viejas y desgastadas. Es una pena

Parece que las aguas han vuelto a cambiar, Pero el cubo de hielo se mantiene adamante, reflejo de dos entidades. Las aguas deforman la vision del cubo si estas en las aguas, pero muestra su verdadera forma si eres marinero. Deberia canalizarlo.

Mas años han pasado, el entorno frío, ajeno a esta descripción. Los espejos volvieron a brillar una vez mas. Me sorprendió, y ignoré mis ojos. Pero a la tierra girar, cada vez mas abundantes eran. La espada lo agarro con mis manos.

Mas años, entorno todavía frío, ajeno a esta descripción. Los espejos se han fundido. Los eclipses de luna pequeña arden en mis mismos ojos. El pergamino anillado vibra. Pero las razones mismas de la doctrina me cuestionan, sobre la razón misma de la devoción y si tales son correctas.

Pues eso, lo he extendido un poco. Lo extenderé más luego.